Jennifer Greene

Orgullo y seducción

Era muy peligroso seducir a alguien como él y luego tratar de olvidarlo
Lo único que Rebecca Fortune deseaba era tener un bebé, y si para ello tenía que acabar en la cama con el duro investigador Gabriel Devereax, pues se tragaría su orgullo e intentaría seducirlo. Sabía que Gabriel no tardaría en alejarse de su vida, con lo que su secreto estaría a salvo... Pero fue entonces cuando una soltera empedernida como Rebecca se dio cuenta de que lo que sentía por él había superado todas sus previsiones. ¿Sentiría lo mismo alguna vez el padre de su futuro hijo... especialmente cuando descubriera la mentira?


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Matrimonio por honor

Kelly Sinclair aceptó casarse para proteger la seguridad del bebé que estaba esperando. Mac Fortune se casó con ella mientras su hermano, que era un playboy, se marchaba de la ciudad. Pero enamorarse no formaba parte del trato. Por lo menos hasta que Mac, al final de la ceremonia, la beso apasionadamente en el altar. ¿Podría ella convertir ese pacto entre los dos en un compromiso para toda la vida?


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Por arte de magia

No era la gripe. Nicole estaba embarazada. Y no recordaba haberse acostado con ningún hombre en los últimos cuatro años. ¿Era posible que hubiese tenido relaciones con Mitch, su empleado... en unas circunstancias poco claras? En efecto, ella no se acordaba, pero así había sido. Y su caballero andante acabó rindiéndose a sus pies. 
La propuesta de Mitch estaba motivada por el deber, pero en sus ojos brillaba una pasión auténtica... ¿Podía un matrimonio forjado por el bien de un futuro hijo convertirse en un amor de cuento de hadas entre la Bella Durmiente y su Príncipe Azul?


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Toda una dama

El hogar está donde está el corazón, y Liz Brady había vuelto finalmente a Favensport, Wisconsin, a sus raíces… y a  Clay Stewart, a quien amaba desde hacía años. En esta ocasión estaba totalmente decidida  a demostrarle que no era la niña inocente a la que él solía proteger.
Pero Clay ya había notado que Liz había madurado. Ahora era una dama, y las damas deben estar en pedestales. No se relacionan con tipos de dudosa reputación, sobre todo con los que dirigen un motel, con no muy buena fama, en las afueras del pueblo. Pero Clay no había contado con la determinación de Liz… ni con el poder de su amor por ella…




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