Jan Hudson

Se busca un millonario

El millonario texano Kyle Rutledge quería que Irish Ellison, que había viajado a Texas con el propósito de encontrar marido, lo amara por sí mismo y no por su fortuna.


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Un millonario sorprendente

En cuanto sus miradas se cruzaron y sus labios se encontraron en un beso apasionado, Eve Ellison empezó a fantasear con la idea de que un hombre como Matt Crow pudiera desearla a ella. Él era sofisticado, sexy, rico... y podía tener a cualquier mujer que quisiera. Pero después de su mágico encuentro, dijo que la quería a ella.
Eve no entregaba su corazón fácilmente, pero Matt era diferente: la hacía sentirse hermosa y amada. Sin embargo, se resistía a creer que estuviera enamorado de ella...


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Rendición total

Jackson Crow había ido muy lejos sólo para encontrar a Olivia Emory. Meses antes, una inocente fiesta había acabado con el cartel de «No Molestar» colgado en la puerta de la habitación de un hotel. Desde entonces los sueños de Olivia habían estado llenos de recuerdos de aquella noche apasionada y salvaje, aunque había esperado no volver a ver a Jackson jamás. Los hombres la habían hecho demasiado daño para volver a confiar en uno. No podía permitir que aquel texano le rompiera de nuevo el corazón... cuando lo que realmente deseaba era convertirse en su mujer...


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Amores culpables

Jessica volvió en sí después de aquel shock y se encontró con unos ojos muy familiares clavados en ella, y una voz conocida que intentaba tranquilizarla. Aquel hombre era un fantasma... o la viva imagen de su difunto esposo.
El millonario Smith Rutledge era un texano vivito y coleando y se quedó tan perplejo como la propia Jessica al ver cuánto se parecía a su marido... un marido que jamás la había hecho sentir o desear lo que Smith provocaba en ella.
Y, aunque el magnate texano merecía saber la verdad, eso significaba destapar importantes secretos del pasado que podían hacer mucho daño... Mientras buscaban respuestas, ambos se dieron cuenta de que cada vez compartían más cosas... incluyendo la cama...


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Tiempo atrás

¿Cómo se atrevía Flint a secuestrarla el día de su propia boda? ¿Y a pedirle que se casara con él? Julie quería un marido cuyos besos no le hicieran perder la razón. Además, sus gemelos necesitaban un padrastro sensato. Después de todo, nunca conocerían a su verdadero padre. Julie había jurado no decirle nunca a Flint nada de ellos...




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